EL ARTE DE DELEGAR FUNCIONES
“Después que el muro fue edificado y se colocaron las puertas, se nombraron porteros, cantores y levitas” (Nehemías 7:1)
Delegar es dar una persona a otra la jurisdicción que tiene por su dignidad; es conferirle su representación. Nehemías, por ejemplo nombró dirigentes y les delegó una función.
Nehemías supo delegar funciones, porque solo no se alcanzaba. A más de esto, conocía a Hanani y Hananías, jefe de la fortaleza de Jerusalén porque era un hombre veraz y “temeroso de Dios”.
Además, Nehemías reunió al pueblo para que sea empadronado porque Dios le puso en el corazón hacer una genealogía, un registro del pueblo.
Nombró porteros, cantores y levitas para que sirvieran en sus lugares. El culto a Dios es la mejor defensa de un lugar. Nombró también dos gobernadores o supervisores a los que encomendó el cuidado de la ciudad y les encargó que velasen por la paz y seguridad del pueblo. Uno de ellos era Hanani, su hermano, hombre de probada integridad y que amaba su país, dice Matthew.
En la vida debemos aprender a saber delegar una función, un trabajo, una investigación, a una persona capacitada y de confianza. Además, el principio de conocer a nuestra gente con quienes laboramos es clave para trabajar en equipo.
El censo nacional, para saber el número de habitantes, es vital en un país, pues, nos orientan y dejan huella de nuestra realidad como nación y de las necesidades que en ella existen.
Un líder debe evaluar, debe conocer la realidad de su empresa, la de su Grey, para saber que metas a corto y largo plazo debe tener. Que visión y planes concretos debe ejecutar y la misión de servir a los demás para saber gobernar con eficacia.
Que rico libro lleno de enseñanzas administrativas, que nos desafían a tener una visión clara de nuestra tarea y misión aquí en la tierra.
REFLEXIÓN:
¿Sé trabajar en equipo o solo pienso en lo que yo hago, sin considerar a mis compañeros de trabajo?
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