JERUSALÉN REPOBLADA Y BENDECIDA

“Y bendijo el pueblo a todos los hombres que voluntariamente se ofrecieron para habitar en Jerusalén” (Nehemías 11:2)

Se requería poblar la ciudad Santa Jerusalén y recordar el pacto de bendición realizado entre Dios y David. La bendición divina es clave para toda tarea que emprendamos. Además, hemos sido llamados a ser de bendición y no de maldición a todos los habitantes de la tierra.

En este capítulo, a más de la referencia que fue repoblada la ciudad de Jerusalén; se destaca la importancia de los sacerdotes, de los levitas, del culto y de la observancia del sábado en las reformas llevadas a cabo en Nehemías (RV95)

Allí moraban los jefes, ya que estaban las sillas del juicio, los tronos de la casa de David. Hubo algunos que se ofrecieron voluntariamente vivir en Jerusalén. Moraron los hijos de Judá y Benjamín. Muchos sacerdotes y levitas se establecieron en Jerusalén, según Matthew.

Es interesante notar que el pueblo bendijo a toda persona que voluntariamente quiso habitar en Jerusalén. Es decir, que no se opusieron a que viva más gente en Jerusalén, sino que bendijeron a todos y fueron recibidos como hermanos. Hoy cuando hay naciones vecinas que se odian, cuando vemos que no hay paz; es vital que oremos por cada país, que bendigamos con nuestros labios a nuestros seres amados y a las personas con quienes convivimos.

El Señor Jesucristo bendijo a los niños, dio su bendición en la multiplicación de los panes; y en la última cena. Enseñó a sus discípulos a responder con una bendición a la maldición de sus enemigos. Lucas 6:28, según Samuel Vila

Seamos de bendición y ayuda a nuestra nación y lugar donde moramos dando ejemplo al adorar a Dios y al servir al prójimo, para que la gente se vuelva a Dios y le sirva y dando un buen testimonio con vida y obras.

REFLEXION:

Hoy bendigamos a nuestros hijos y también pidamos al Señor que bendiga a nuestros gobernantes para conducir al país.

Fuente: www.labibliadice.org