Thursday, March 30, 2006

Solo una Cosa Vale la Pena

Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.

1 Corintios 2.9

Piensa en el día en que Cristo venga. Allí estás en el gran círculo de los redimidos... Aunque eres uno más entre la multitud, es como si tú y Jesús estuvieran solos...

Estoy conjeturando ahora, pero me pregunto si Cristo te va a decir: «Estoy orgulloso de que me permitiste usarte. Gracias a ti, otros están hoy aquí. ¿Te gustaría conocerlos?»

En ese momento Jesús pudiera dirigirse a la multitud e invitarlos… Uno por uno, comienzan a salir de la multitud y a dirigirse hacia ti.

El primero es tu vecino, un señor ya viejo, tosco, que vivía puerta con puerta junto a tu casa. Para ser franco, no esperabas verlo. «Nunca supiste que yo te observaba», te explica, «pero lo hacía. Y gracias a eso estoy aquí».

No pasa mucho tiempo sin que tú y tu Salvador estén rodeados por ese conjunto de almas que tú has tocado. A algunos de ellos los conoces, pero a la mayoría no, aunque sientes lo mismo por cada uno de ellos… Sientes lo que sentía Pablo: «Vosotros sois nuestra gloria y gozo» ( 1 Tesalonicenses 2.20 ).

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