¿Qué evidencias existen que corroboren que la Biblia es la Palabra de Dios?

Deseo darle cinco razones para afirmar que la Biblia es la Palabra de Dios.

Primero, creo que la Biblia es la Palabra de Dios por su exactitud científica. La Verdad de la Palabra de Dios nos dice que Dios “cuelga la tierra sobre nada” (Job. 26:7). ¿Cómo supo Job que la tierra colgaba en el espacio antes de la edad moderna de la astronomía y los viajes espaciales? El Espíritu Santo se lo dijo. Los científicos en los días de Isaías desconocían la topografía de la tierra, pero Isaías dice: “Él [Dios] está sentado sobre el círculo de la tierra” (Isaías 40:22). La palabra “círculo” aquí significa globo o esfera. ¿Cómo supo Isaías que Dios se sienta sobre el círculo de la tierra? Por inspiración divina.

Segundo, la Biblia es corroborada mediante la precisión histórica. ¿Recuerda la historia acerca de la escritura en la pared en el capítulo cinco de Daniel? Belsasar era el anfitrión de un banquete con miles de sus líderes y damas. De repente, una grotesca mano apareció de la nada y empezó a escribir en la pared. El Rey estaba turbado y pidió que alguien interpretara la escritura. Encontraron a Daniel quien la interpretó.

Después de recibir la interpretación: “ Entonces mandó Belsasar vestir a Daniel de púrpura, y poner en su cuello un collar de oro, y proclamar que él era el tercer señor del reino” (Daniel 5.29). Según la opinión de los historiadores basándose en los escritos de Babilonia, esto nunca sucedió. Según los registros, el último rey babilónico no fue Belsasar, sino un hombre llamado Nabonidas. Por lo tanto, ellos dicen: “La Biblia está errada.”

No existía registro de un rey llamado Belsasar. Bien, el progreso de arqueología continuó su trabajo. En 1853, una inscripción en una piedra angular de un templo construido por Nabonidas para el dios Ur fue encontrada, ésta lee: “Que yo, Nabonidas, rey de Babilonia, no peque contra ti. Y que la reverencia hacia ti more en el corazón de Belsasar, mi primogénito favorito.” De otras inscripciones se aprendió que Belsasar y Nabonidas correinaron. Nabonidas viajaba mientras Belsasar se quedaba en casa para gobernar el reino. Ahora que sabemos que Belsasar y Nabonidas fueron correinadores, tiene sentido que Belsasar haya dicho a Daniel que él sería “ el tercer señor del reino” o tercer gobernante. ¡Qué maravillosa verdad oculta en la Palabra de Dios!

Tercero, desde Génesis a Apocalipsis, la Biblia lee como un solo libro. Existe una increíble unidad en la Biblia. La Biblia es un libro y sin embargo éste está compuesto de 66 libros, fue escrita por lo menos por 40 diferentes autores a lo largo de unos 1.600 años, en 13 diferentes países ubicados en tres diferentes continentes. Fue escrita por lo menos en tres idiomas diferentes por personas de toda profesión. La Biblia forma un hermoso templo de verdad que no se contradice teológica, moral, ética, doctrinal, científica, históricamente o en ninguna forma.

Cuarto, ¿sabía que la Biblia es el único libro en el mundo que posee profecía exacta? Cuando usted lee las profecías en la Biblia, usted simplemente se asombra. Existen más de 300 profecías precisas referentes al Señor Jesucristo en el Antiguo Testamento que fueron cumplidas en el Nuevo Testamento. Decir que fueron cumplidas por coincidencia es una astronómica imposibilidad.

Quinto, la Biblia no es el libro del mes, sino el Libro de los siglos. Primera Pedro 1:25: “ Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.” Ningún libro nunca ha tenido tanta oposición como la Biblia. Los hombres se han reído de ésta, burlado, tan aplicable hoy tanto como lo fue en antaño y lo será mañana.

Es tan majestuosamente profunda que un erudito puede nadar en ella y nunca tocar el fondo. Mas tan maravillosamente poco profunda que un niño puede venir a ella y tomar agua sin ahogarse. Eso es la preciosa y santa Palabra de Dios. La Palabra de Dios: conózcala, créala, es verídica.

Puesto que usted sostiene la interpretación literal de la Biblia, ¿cómo explica las muchas leyes del Antiguo Testamento que no se guardan hoy? Muchas tratan con sacrificios de animales, alimentos y el sábado, que no son guardados por la iglesia actual. Sin embargo, parece que usted selecciona unos cuantos que asevera están vigentes. ¿Es esto consistente?

Estoy feliz que nos lo pregunte. Muchos tienen dificultan con esto, pero la respuesta está resumida en una palabra: Jesucristo.

Debemos ver más allá de las mismas leyes del Antiguo Testamento y enfocarnos en el propósito de las leyes. Las leyes del Antiguo Testamento básicamente tratan con cuatro amplias categorías: cómo debemos cuidar de nosotros mismos (alimentos e higiene), cómo debemos cuidar de otros (moralidad), el sacrificio por el pecado y el compañerismo con Dios (el sábado y adoración).

Toda la ley ceremonial de Dios poseía un solo significado: Él preparaba a su pueblo para la eventual venida del Señor Jesucristo, el Mesías (Gálatas 3:19-25). Cristo vino a cumplir la ley (Mateo 5:17). En Cristo tenemos el sacrificio y perdón del pecado (Hebreos 10:11-12). En Cristo tenemos compañerismo con Dios (Gálatas 3:26).

A su vez, todas las leyes morales del Antiguo Testamento comunican principios los cuales aún son válidos. En el caso de las leyes morales como los Diez Mandamientos, el principio por obedecer es obvio. En el caso de las leyes civiles y ceremoniales del mismo, uno debe ver más allá de la ceremonia el principio base que se aplica hoy y es cumplido en la gloria de Cristo.

Cristo pagó un magnánimo precio por nuestra libertad. Por medio de Él, exclusivamente, tenemos libertad de la esclavitud del pecado y la condenación de la ley (Gálatas 5:1). Nuestra libertad no es una licencia para violar cualquier ley que se nos antoje. Por el contrario, debemos venir a Jesús como sacrificio por nuestros pecados y el poder para vivir (1 Pedro 1:13-16).

¿Qué significa poseer un abogado en Jesucristo?

Un abogado es una persona que apela su caso ante un tribunal de justicia. El apóstol Juan escribió: "Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el Justo” (1 Juan 2:1). El Señor Jesús comparece ante Dios en nuestra defensa y apela: “Padre, sé que son pecadores, pero se han arrepentido y mi sangre los ha limpiado. Ellos me pertenecen.”

De hecho, tenemos dos abogados divinos. El Espíritu Santo es el abogado dentro del creyente que nos representa a Jesús. El Señor Jesús es nuestro abogado en el cielo que nos representa ante el Padre.

Existen evidencias históricas de la vida de Jesús?

Vi un programa televisivo que refutó casi todo lo que la Biblia dice de Jesús. Éste concluyó que los acontecimientos bíblicos de Jesús son en su mayoría leyendas y mitos. ¿Existe evidencia que la Biblia es históricamente correcta y que Jesús hizo lo documentado en ella?

Un estudiante recientemente llevó acabo un experimento. Frente a un almacén, él le pidió a la gente que firmara una petición para declarar ilegal una sustancia potencialmente mortal.

En cantidades excesivas esta sustancia impide la respiración, arruina los sembradíos y destruye propiedades, entre otras cosas. Él llamó a la sustancia " óxido dihidrógeno ".

Un número substancial de adultos firmaron la petición. Finalmente, alguien reconoció la sustancia “potencialmente mortal” como agua.

Si usted hace ciertas preguntas y habla con ciertas personas, evadiendo a la vez evidencias contrarias a su hipótesis, usted puede producir cualquier resultado: independientemente de los hechos.

Con todo, los hechos son estos: Someta la Biblia y sus afirmaciones acerca de Jesús a los mismos exámenes o análisis que cualquier otro documento antiguo es sometido, y descubrirá que la Biblia es 100% verídica histórica, científica y teológicamente.

¿Cuáles son estos exámenes? Primero, existe el examen bibliográfico. La Biblia posee más manuscritos antiguos para autenticarla que ningún otro documento en la literatura antigua. Segundo, existe el examen de la evidencia interna. Se ha encontrado que la Biblia es completamente consistente y unificada en sí. Tercero, existe el examen externo. La veracidad de la Biblia está apoyada por montañas de evidencias arqueológicas, siglos de profecías cumplidas y una multitud de historiadores antiguos y otras fuentes seculares.

Estas evidencias objetivas ni siquiera incluyen las innumerables vidas que han sido cambiadas por la verdad eternal de la Biblia.

Aquellos que objetan la autoridad de la Biblia usualmente no poseen un problema intelectual, sino uno moral. Ellos buscan negar su autoridad al minar su credibilidad.

Han existido innumerables esfuerzos en los pasados 2.000 años para desacreditar a Jesús y la Biblia, pero la causa de Cristo ha continuado creciendo. “Bienaventurados los que no vieron, y creyeron” (Juan 20:29).

Tomado de la columna semanal del pastor Adrián Rogers. Utilizado con permiso. © 2001, The Commercial Appeal.

¿Cuál es el porqué de la cruz?

Estaba platicando con un incrédulo el otro día y él me preguntó: “¿Cuál es el porqué de la cruz?” No lo podía creer, pero me dejó un poco perplejo. ¿Me podría ayudar?

Puedo contestar la pregunta de su amigo en una palabra: pecado. La vida es corta. La muerte es segura. El pecado es la causa, Cristo es la cura. ¿Y cómo cura Él? Por medio de la cruz del Señor y Salvador Jesucristo.

Primera Pedro 3:18 dice: “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el Justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu.”

Suponga que alguien le da un puñetazo y asuma que en un acto de compasión, usted le dice a dicha persona: “Le perdono.” Entonces suponga que le responde: “No hay necesidad de que usted me perdone. Ya me he perdonado a mí mismo.” Luego suponga que la persona a su lado dice: “Bueno, ninguno de ustedes dos necesita preocuparse. Yo ya les perdoné a ambos.”

Así no es como funciona el perdón. Sólo la persona que recibió el golpe puede perdonar al golpeador. El pecado es alzar un puño desafiante en el rostro de Dios y sólo Dios puede perdonar el pecado.

Deseche todo ese balbuceo psicológico moderno de que necesitamos perdonarnos a nosotros mismos y afirmarnos los unos a los otros. Dios es un Dios Santo y el pecado es rebelión contra un Dios Santo, y Jesús se encargó pagando nuestros pecados con su sangre, reconciliándonos con Dios.

En pocas palabras, este es el porqué existe una cruz. Estábamos a la deriva en una mar sin esperanza de ser rescatados. Por ello, Dios diseño un plan divino para que el pecador no fuera expulsado de su presencia. Dios encontró la forma de rescatarnos y fue a través de la cruz.

Todo parece estar en mi contra en estos días. Parezco no poder entender qué sucede en mi vida o en mi mundo. ¿Cómo puedo descubrir la voluntad de Dios?

Proverbios 3:5-6 dice: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas.”

Ahí está: Fiémonos del Señor y no en nosotros mismos . Ahora bien, Dios no está diciendo que dejemos de utilizar la sabiduría santificada que Él nos da. Simplemente nos enseña que no debemos pensar que podemos confiar en nuestra interpretación de los eventos o nuestro intelecto para subsistir.

Dios le pide su completa entrega en toda área de su vida. Si usted le da su vida a Dios, Él no va a aprovecharse de usted. ¡Dios escogerá para usted lo que usted mismo escogería si tuviera la suficiente inteligencia para hacerlo!

Sé que pude estar pensando: “ Pero los tiempos son duros. ¿Qué si se ponen peores? ¿Sabré realmente qué hacer?” Seguro que sí. Si se deleita en el Señor (Salmo 37:4)… si lo busca con todo su corazón (Jeremías 29:11-13)… usted sabrá qué hacer.

Él guiará sus pasos. No “quizás”, Él lo hará. Mi amigo, ¡el primer paso en buscar la voluntad de Dios para el resto de su vida es hacer la voluntad de Dios en los próximos quince minutos!

Un poeta anónimo escribió:

Tal vez no siempre conozca el camino
Por donde Dios conduce mis pies;
Pero esto sé, que contorno a mi camino
Su amor y sabiduría se encontraron.
Y así al saber descanso contento,
Él dirige por doquier mis pies.
Que en un día oscuro pueda encontrar el camino de Dios.