Un encuentro que cambió 79 vidas.

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Un retiro que cambió 79 vidas
Es la tercera cita de mujeres que realiza la Iglesia Bautista Israel, de Urdesa, este año
MARCELA NORIEGA

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"A nosotras no nos importa su edad ni su condición. Acá viene la que está dispuesta a que Dios le hable, y quiera cambiar su vida” Toyi de Jácome

"Él era una persona agresiva, estábamos por separarnos, pero asistió a un retiro y Dios lo cambió. Tenemos una segunda oportunidad”. Yurlendy de Proaño

Ni sus esposos ni sus hijos supieron nunca a qué sitio exacto se fueron estas 79 mujeres (63 invitadas y 16 guías) el fin de semana pasado. Solo sabían que el encuentro lo organizaba la iglesia Bautista Israel, de Urdesa; que costaba 75 dólares y que tenía un solo propósito: que las participantes se acercaran más a Dios.

Casadas, madres solteras y viudas, de entre 18 y 65 años, se embarcaron en un bus hacia ese sitio sin nombre, donde los celulares estaban restringidos y del que no podían dar pistas, ni siquiera al regreso.

Allá, asistieron a charlas, a jornadas de reflexión, oraron juntas, se conocieron, se apoyaron. Y el misterio tuvo una razón: “Ellas necesitaban soledad y recogimiento; olvidarse de las tareas domésticas y buscar la paz interior. Eso sólo lo pueden hacer lejos de su entorno”, resume Rossi Navarro, una ingeniera comercial de 40 años, guía del retiro.

A otra de las guías, Toyi de Jácome (36 años, psicóloga), le sorprendió la cantidad de mujeres que viajó. “Teníamos un cupo para 50, pero se anotaron 66”, dice Toyi, satisfecha.

Este es el tercer encuentro femenino que organiza en lo que va del año la iglesia Israel, que cuenta con 1.200 feligreses, 75% de los cuales son mujeres.

A las guías también les llamó la atención que llegaran mujeres desdefuera de Guayaquil, como Quito, La Troncal o Salitre. “A nosotras no nos importa su edad ni su condición, sino la necesidad que tienen. Acá viene la que está dispuesta a que Dios le hable y quiera cambiar su vida”, explica Toyi.

Según ella, la mayoría colmó sus expectativas y muchas las sobrepasaron. “Por ejemplo -relata- me conmovió ver cómo una mujer que decía que no había forma de seguir con su pareja, encontró el camino. Volvió del encuentro y, delante de todos, le pidió perdón a su esposo. Ella se dio cuenta de su culpa, se arrepintió y el esposo la abrazó”.
“Fue una experiencia inolvidable”, expresa Yurlendy de Proaño, una de las que vivió un momento decisivo. No exagera al decir que este retiro espiritual salvó su matrimonio, pues ella y su esposo, Julio, venían teniendo problemas.

“Él era una persona agresiva, estábamos por separarnos, pero Dios nos cambió. Ahora estamos dándonos una segunda oportunidad”, cuenta esta comerciante que fue al encuentro motivada por su marido, luego de que él experimentara un cambio en un retiro parecido.

Yurlendy aceptó la invitación y le gustó tantoque se bautizó el mismo domingo de su llegada.

La idea es que luego de volver, las mujeres se reúnan una vez por semana con la persona que compartieron habitación para estudiar la Biblia, orar y ayudarse mutuamente.

Sin embargo, Mariuxi de Rosado (29 años, auditora de empresas y guía) aclara que “esto no es un encuentro religioso”. Y para demostrarlo dice que la mayoría de las participantes es católica. “No es necesario ser evangélico para asistir. Pero, luego la gente decide quedarse en la iglesia”, y comenta que los fieles han aumentado en un 50% luego de estos encuentros.

Giselle de Cruz, guía de 41 años, piensa que el resultado del retiro es la transformación de las vidas. “Cada vez que regresamos de un encuentro vemos cómo las familias se vuelven a unir, las parejas se reconcilian. Las personas ven la vida con un pensamiento más positivo, y encuentran un propósito”, opina esta Licenciada en Teología, y ya se prepara para un nuevo retiro dentro de un par de meses.

Nota Publicada en Diario Expreso el 27 de Abril del 2006

Link: http://www.expreso.ec/abril/dia27/html/guayaquil8.asp